Los papeles del extécnico de la CIA, Edward
Snowden, han puesto de manifiesto que la Agencia Nacional de
Seguridad (NSA) de EEUU ha espiado a las cuatro principales
economías de la zona euro. Las comunicaciones de Alemania, Francia, Italia y España se
han visto comprometidas por los programas de la gigantesca agencia de
inteligencia con sede en Fort Meade. El nivel de injerencia ha variado
dependiendo del peso de cada país y ─ por lo que se ha conocido
hasta el momento─ el escándalo va desde el pinchazo al teléfono de la canciller Angela Merkel, hasta el de las embajadas
francesas, pasando por la interceptación de millones de llamadas de los cuatro
países aliados de Washington ampe a78 firmware .
Mientras que para la opinión pública europea el
simple hecho de haber sido espiados por EEUU supondría una violación
imperdonable de la soberanía, la intensidad de la respuesta de cada
Gobierno está variando en función de la modalidad del espionaje a la
que ha sido sometido.Berlín ha convocado una sesión monográfica en el
Bundestag sobre la NSA, y la propia Merkel ha mostrado al presidente de
EEUU, Barack Obama, su enfado. En el otro extremo está Roma,
que aún sigue sin reconocer que ha sido víctima del espionaje pese a
que el primer ministro, Enrico Letta, se entrevistó con el secretario de
Estado, John Kerry, .
Entre dos aguas queda el revuelo mediático en
Francia, con François Hollande llamando a consultas al embajador en
París y hablando también con Obama, y la tímida reacción del Gobierno
español. Mariano Rajoy ha sido el único mandatario de los cuatro países
espiados que no ha tomado el mando y ha dejado todo el escándalo en manos
de José Manuel García-Margallo. El ministro de Exteriores ha pasado por
tres estadios distintos en el plazo de una semana. Primero dijo "no me
consta" cuando los periodistas le preguntaron por la trama de espionaje en
los pasillos del Congreso; el lunes lanzó una amenaza velada, afirmando que
podría suponer una "ruptura del clima de confianza" tras la reunión
que mantuvieron el embajador James Costos y el secretario de Estado
para las relaciones con la UE, Íñigo Méndez de Vigo; y ayer mismo terminó
diciendo que las relaciones con EEUU son "muy buenas" y que
Madrid y Washington "comparten muchos objetivos comunes en materia
antiterrorista"artículos de oficina chile.
Lo mismo se puede decir de las instituciones
comunitarias. El silencio del presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Durão Barroso, contrasta con las palabras que la
vicepresidenta Vivianne Reding le dedicó ayer al asunto. "Los amigos
no se espían el uno al otro [...] El espionaje no genera confianza", dijo.
Después está la indignación de la comisaria de Interior,Cecilia Malmström, para
quien las explicaciones dadas hasta ahora por la Administración Obamano han
sido suficientes. Por último, el sorprendente cambio de postura del presidente
del Parlamento Europeo, Martin Schulz, para quien la UE debería
paralizar las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio con EEUU, después
de que los socialistas europeos hicieran lobby en el Consejo Europeo
del pasado mes de junio apremiando a que se acelerasen los contactos para
aprobarlo.
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